La sección de cadena de suministro de LinkedIn está inundada de blogs temáticos de Año Nuevo esta semana (apropiadamente, supongo), la mayoría de los cuales se centran en audaces predicciones para el sector en los próximos 12 meses. Expertos, incluidos LLMs como ChatGPT, han especulado que las cadenas de suministro serán transformadas por todo, desde la IA agente hasta la compra de Groenlandia por parte de Donald Trump. Aunque casi con certeza verdadero en cierto grado (en el sentido de que cualquier evento global probablemente tendrá un impacto en la cadena de suministro), tengo una posición contraria, ¡sorpresa!, que podría ser sorprendente en su simplicidad.

Don Draper, de Mad Men, está sentado en un escritorio en un almacén ocupado. Está mirando una bola de cristal mientras otros colocan cajas de inventario en estantes.

En lugar de hacer pronósticos sobre grandes interrupciones tecnológicas1, mi opinión es muy modesta: 2025 será el año en que el conocimiento (y los expertos) de la cadena de suministro moderna sean reconocidos formalmente. Lo que quiero decir con eso es, por supuesto, el papel del Supply Chain Scientist. Mi razonamiento es bastante sencillo: la tecnología es tan buena como el experto que la maneja.

Un ejemplo: el Telescopio Espacial Hubble (HST) capturó una vez datos que sugerían que algunas de las estrellas más antiguas en las galaxias más distantes parecían ser más antiguas que el propio universo, un hallazgo que, de ser cierto, habría trastornado los fundamentos de la teoría cosmológica. Este sorprendente resultado fue posteriormente atribuido a errores en el procesamiento de datos y suposiciones en los modelos utilizados para interpretar las observaciones. Crucialmente, no fueron la IA ni los algoritmos los que resolvieron esta discrepancia, sino la experiencia humana (en forma de astrónomos expertos). Su profundo conocimiento de los instrumentos, los datos y el marco teórico les permitió recalibrar los modelos y corregir los errores.

Este caso subraya el papel esencial de la supervisión humana en la interpretación de incluso los datos astronómicos más avanzados. Si bien gran parte de lo que hace el HST ahora está automatizado, los algoritmos son diseñados y supervisados por expertos, cuyos talentos y pensamiento crítico siguen siendo indispensables para interpretar los resultados y mantener nuestra comprensión del cosmos. Aunque la ciencia de la cadena de suministro puede parecer trivial en comparación con el estudio del universo, eso no es excusa para ignorarla.

Por cada gran avance tecnológico en la cadena de suministro, como programación diferenciable, optimización estocástica y programación en la industria aeroespacial, hay un experto detrás. En Lokad, ese experto es el científico de la cadena de suministro: la persona responsable de, en términos sencillos, asegurarse de que cada decisión de la cadena de suministro que toma un cliente sea financieramente sensata.

Por decisión me refiero a “cualquier cosa que resulte en la asignación de un recurso financiero”. Ejemplos comunes incluyen la compra de una unidad de inventario, su asignación, agrupación, descuento, transporte, movimiento, devolución, etc. Por financieramente sensata me refiero a “la elección más inteligente que un cliente podría hacer con ese recurso financiero (por ejemplo, $1) en ese momento, en comparación con todas las otras opciones factibles disponibles para ese mismo recurso financiero”.

La cadena de suministro, en su esencia, se trata de tomar mejores decisiones cuando se presentan frecuentemente enormes cantidades de opciones (en presencia de incertidumbre futura). Esto es lo que los científicos de la cadena de suministro de Lokad hacen a diario y, en 2025, predigo que este papel esencial (y roles similares) lograrán un reconocimiento mucho mayor en la comunidad en general.

En conclusión, alguien que conozco una vez comentó que la práctica de la cadena de suministro está en el abismo, pero en 2025 haré todo lo posible para asegurarme de que, al igual que el Hubble, al menos esté mirando las estrellas2.


  1. Las reflexiones de Sam Altman en 2024 y sus predicciones optimistas para 2025 se pueden leer aquí. En particular, destaca la afirmación “ahora estamos seguros de que sabemos cómo construir la IA tal como la hemos entendido tradicionalmente. Creemos que, en 2025, podríamos ver los primeros agentes de IA ‘unirse a la fuerza laboral’ y cambiar materialmente la producción de las empresas” como algo impresionantemente ambicioso. ↩︎

  2. El astuto lector habrá notado que, al publicar este mismo artículo, he intentado validar mi propia predicción. A eso digo “lo que me falta de modestia, lo compensa mi capacidad profética”. ↩︎